sábado, 17 de mayo de 2025

En el futuro llueve (fragmento)

 



Accésit Premio Internacional de Poesía, 

Casa de Teatro, 2000

1

  

Un rayo raja la tarde y cae hermoso

como un clavadista que salta desde la luna

hasta hundirse en el océano.

Allá pondrán la noche por el día arrastrada;

y aquí, asomado a la puerta recién encendida

del amanecer, veo cómo han mojado la calle

de los hombres, y pregunto: ¿De dónde ha venido

esta agua que arrastra susurros lejanos?

¿Es que anoche estuvo lloviendo?

En ese instante, un resplandor de voces

acudió a mi vida, la timidez de un eco

reprodujo mi pregunta,

y cuando respondió que no había llovido,

reparé, entonces, en que esta agua inquietante

había caído en el futuro. Que en el futuro

llueve.

  

2

 

Lejana cerrazón de cielo,

recuerda que contra ti sube un hueco

cada mil años a beberte la luz,

como se beben las nubes la superficie lunar.

Y esta mañana, precisamente,

olvidaste cerrar el porvenir

y se te escapó la lluvia anticipadamente.

Con cuál de tus argucias esconderás

este prodigio, antes de deshacer el ojo

de los peces, antes de que mis pies

inunden tus pedazos.

Cómo le explicarás a este niño que te mira

desde la claridad borrosa del pasado,

desde aquel amanecer ya destruido,

que todo fue error de un ángel,

que nada ocurrió ante sus ojos.

 

3

 

Una escalera viene bajando;

desde la estación más sonora del recuerdo

viene bajando una escalera.

Ya está frente a mí como ese velo

donde termina el frío.

Siento una mano helada tomar la mía.

Un rostro se descubre y, al hablarme,

su voz paternal se queda en el espacio

dando traspiés como los ecos.

Ven conmigo, subamos la escalera

suspendida en el aire, para que lleguemos

a ese sitio remoto donde estarás mañana.

Subí con él

y fue como descorrer la madrugada

para poder mirar, allá abajo, el mundo detenido

en la burbuja de un instante.

 

4

 

A mi alrededor giraba un satélite

de temores, algo que por momentos estallaba

en mil esquirlas de alfileres

y me cegaba al devolverme la luz.

Allá abajo estaba el mundo con mi madre

enterrada. A esta hora mi hermana ya habrá

llorado mi ausencia, y en el jardín algo mío

empieza a deshacerse. (Pero eso es solo

vida en mi pensamiento, lejana y pura.)

Vi cómo algo sombrío develaba al mundo,

los goznes de la tierra crujían,

mientras removían polvo a polvo

las ciudades.

Los pájaros, huyendo del vacío,

perforaban su existencia,

convertidos en luz.

 

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